Esta última semana de Marzo fuimos testigos desde diferentes puntos de la Ciudad de un alarmante incendio forestal en el entorno del Castillo, concretamente en las cercanías de las antenas de telecomunicación cercanas al monumento. Bien gracias a las llamadas de los ciudadanos al 112 y la rápida intervención de los profesionales, las alarmantes llamas fueron extinguidas eficazmente y todo quedó en un conato de incendio.
Dicho incendio que fue provocado aunque desconocemos a día de hoy si fue intencionado o no, quemó una zona de matorral que protegía de la erosión la solana de esa ladera sur del monte. En cuanto a su satisfactoria recuperación habrá que dejar pasar un tiempo y esperar un clima más benigno en precipitaciones que el de la actualidad para que esa zona quede restaurada.
En los últimos años el entorno del Castillo de Lorca está teniendo una gran afluencia de público, bien por visitas a la alcazaba o como lugar de paso de senderistas, deportistas, zona de jornadas de repoblación forestal o escenario de pruebas deportivas. Esta gran concurrencia está provocando cuando se actúa irresponsablemente un deterioro del entorno, a este último incendio se une la descuidada prueba de ciclismo BTT realizada hace unas semanas que incompresiblemente arrasó una parte de los árboles plantados y cuidados por la Carrasca en la falda del Castillo a lo que se sumó la apertura de nuevas sendas en una zona ya de por sí muy erosionada.
Sin duda la gran mayoría de ciudadanos que pasamos semanalmente por la zona no dejamos ninguna huella de nuestro paso en tan delicado entorno, es más uno hasta se emociona cuando ve a conciudadanos suyos manguera en mano regar los árboles plantados por la asociación senderista estos últimos años, pero es evidente que en otras ocasiones nos encontramos actos vandálicos sobre el mobiliario, basuras abandonadas o sendas trituradas por el paso de motos o bicicletas que se desvían de los pasos habilitados a tal efecto.
En un entorno tan seco como el que rodea el Castillo cualquier agresión supone un gran retroceso pues se hace muy difícil sacar adelante un solo árbol dadas las condiciones tan duras de la zona. Por esto tenemos que decidir si queremos un entorno que se intente parecer en un futuro a la Alhambra por poner un ejemplo ideal, o un entorno pelado de vegetación y expuesto a la erosión o peor aun, una vuelta a la época del ladrillo cuando se dieron pasos hacia la urbanización del entorno por ocultos intereses urbanísticos.
Pedro Quiñonero Gómez.
BosqueO2